lunes, 12 de noviembre de 2018

TODO DEPENDE DE CÓMO LO MIRES...

Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba "Historias vividas", una magnífica lámina. 
Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera.
En el libro se afirmaba: "La serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla. Luego ya no puede moverse y duerme durante los seis meses que dura su digestión". 
Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo. Mi dibujo número 1 era de esta manera: 
—¿Por qué qué habría de asustar un sombrero? —me respondieron.

Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre estas personas tienen necesidad de explicaciones.




El principito
 Resultado de imagen de el principito

Las cosas no son lo que parecen.
Podemos ver la vida desde infinitas perspectivas, aunque para ello necesitamos unas gafas. Pero no unas gafas cualesquiera, no, sino unas especiales. Unas con cristales que deforman las cosas, que permiten que las veamos de colores, bocarriba, bocabajo, del derecho o del revés. ¿Sabéis cómo se llaman también esas gafas? Bueno, en realidad tienen varios nombres: letras, palabras, libros, lenguaje… Pero todos ellos se resumen en uno: literatura. Esa mágica perspectiva que transforma una pizarra en un campo de fútbol en clase, una maceta en la ciudad donde viven unos seres diminutos… o un sombrero en una boa que se ha comido un elefante.

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